Seguramente te puede parecer confuso -o lo mismo- cuando alguien dice que tiene resfriado, gripe o influenza, que son enfermedades respiratorias contagiosas, pero provocadas por virus diferentes.

Cómo las vitaminas A, C y D trabajan juntas para fortalecer tu sistema inmunológico
Fecha de Publicación: 06/10/25
Nuestro sistema inmunológico es una compleja red que necesita múltiples micronutrientes específicos para funcionar correctamente, incluyendo las vitaminas A, D, C, E, B6 y B12, folato, zinc, hierro, cobre y selenio.1 Todos estos elementos son cruciales en cada etapa de la respuesta inmune y, a menudo, trabajan de forma sinérgica.1
Las vitaminas y minerales son esenciales y debemos obtenerlos mayormente a través de la dieta.2 Ellos actúan como inmunomoduladores, es decir, regulan y protegen la respuesta de nuestro sistema de defensas, ayudando a prevenir que los patógenos logren evadirlo.2
Aunque desde hace tiempo se conoce la influencia de las vitaminas en el sistema inmune, recientemente las vitaminas A y D han recibido especial atención por su inesperado y crucial efecto en nuestra respuesta defensiva.3
En este artículo, exploraremos cómo estas tres vitaminas clave –A, C y D– no solo cumplen funciones individuales importantes, sino cómo su trabajo en equipo es fundamental para mantener un sistema inmunológico fuerte, preparado "para lo que venga".
El papel esencial de las vitaminas A, C y D en la inmunidad
Para que nuestro sistema inmunológico funcione como un escudo eficaz contra infecciones y enfermedades, como el molesto resfriado común, necesita el apoyo constante de diversos micronutrientes.1 Piénsalo así: si tu sistema de defensas es un equipo, las vitaminas A, C y D son jugadores estrella que, trabajando juntos, aseguran que todas las líneas de defensa estén bien cubiertas y coordinadas.1
Estas tres vitaminas son fundamentales para mantener nuestras barreras naturales –como la piel y las mucosas que recubren el interior de nuestro cuerpo– fuertes y bien estructuradas. Actúan como los cimientos y los muros de un castillo, impidiendo que los invasores entren fácilmente. Por ejemplo, la vitamina A se asegura de que estas barreras se formen correctamente, mientras que la vitamina C es crucial para producir colágeno, una proteína que les da firmeza, y además protege las células de daños.1
Pero su trabajo no termina ahí. Una vez que algún patógeno logra atravesar estas primeras defensas, las vitaminas A, C y D siguen siendo cruciales. Ayudan a "despertar" y a dirigir a las diferentes células de nuestro ejército inmune (como los linfocitos y macrófagos) para que actúen donde se les necesita.1,3 La vitamina D, por su parte, incluso puede "conversar" con las bacterias buenas de nuestro intestino para mantener un ambiente saludable y controlar proteínas que combaten microbios.1,3
Para qué sirve la vitamina A: tu primera línea de defensa
La vitamina A es una vitamina liposoluble que se encuentra de forma natural en los alimentos y es esencial para una visión normal, un sistema inmunitario saludable, la reproducción, así como para el crecimiento y el desarrollo.4 Adicionalmente, contribuye al buen funcionamiento de órganos vitales como el corazón y los pulmones.4
Podemos obtenerla de dos maneras principales: como vitamina A preformada, presente en alimentos como pescado, hígado, productos lácteos y huevos; o a través de los carotenoides provitamina A, pigmentos que el cuerpo transforma en vitamina A y que se encuentran en frutas y verduras, siendo el betacaroteno el más común.4
Conocida como la "vitamina antiinflamatoria", la vitamina A es un micronutriente crucial no solo para la vista y el desarrollo, sino también para proteger la integridad de nuestros epitelios y mucosas; su papel en la mejora de la función inmune es fundamental.5
Para qué es la vitamina C: el conocido refuerzo inmunológico
La vitamina C es como un guardián para nuestras células. Es un antioxidante muy conocido que vive en el líquido de nuestro cuerpo (plasma) y dentro de nuestras células, ayudando a mantener el equilibrio de nuestro sistema de defensas.2
Imagina que en tu cuerpo se producen constantemente unas sustancias dañinas (llamadas mediadores proinflamatorios) que pueden causar inflamación; pues bien, estudios han visto que la vitamina C puede ayudar a frenar la producción de estas sustancias en las células de la sangre.2
Además, la vitamina C es una gran aliada de nuestras células defensoras. Por ejemplo, ayuda a que las células NK "Natural Killers" (que son como unos "asesinos naturales" de células malas) hagan mejor su trabajo y también se ha visto que puede echar una mano para detener la migración de células tumorales.2 Es tan importante para nuestras defensas, que los glóbulos blancos (leucocitos), incluyendo los linfocitos (otro tipo de soldados de nuestro ejército inmune), ¡la acumulan activamente! Esto nos dice que estas células realmente necesitan vitamina C para desarrollarse y funcionar al cien por ciento.2
Para qué es la vitamina D: más que salud ósea para tu inmunidad
La vitamina D3 es la forma de vitamina D más importante para nuestro cuerpo. La manera principal en que la obtenemos es a través de nuestra piel cuando nos exponemos al sol, ya que este ayuda a producirla a partir de una sustancia llamada 7-dehidrocolesterol.3 Pero no te preocupes si no tomas mucho sol, también podemos conseguirla comiendo ciertos alimentos o tomando suplementos.3
Una vez en nuestro cuerpo, la vitamina D necesita "activarse" para poder cumplir sus funciones. Curiosamente, algunas de nuestras propias células de defensa, como los linfocitos T (y probablemente también los linfocitos B) cuando están "despiertos" o activos, pueden ayudar a dar ese último empujón para que la vitamina D se convierta en su forma más poderosa y lista para actuar, conocida como 1,25(OH)2VD3.3
Cuando esta vitamina D ya está activa, tiene un efecto importante sobre nuestras defensas: por un lado, ayuda a calmar o frenar la respuesta de algunas células inmunitarias para que no reaccionen de forma exagerada, como frenando la multiplicación de los linfocitos T y disminuyendo la producción de algunas sustancias que estas células fabrican.3
La sinergia de las vitaminas A, C y D: trabajando en equipo por tu salud
Como hemos visto, cada una de las vitaminas A, C y D tiene superpoderes individuales para ayudar a nuestras defensas. Pero, ¿sabías que cuando trabajan juntas su efecto puede ser aún mayor? Esto es lo que llamamos sinergia: la acción combinada es más potente que la suma de sus partes.1
Imagina que la vitamina A prepara el campo de batalla manteniendo nuestras barreras fuertes, la vitamina C actúa como un escudo antioxidante y un reparador rápido, y la vitamina D modula la intensidad de la respuesta de nuestras tropas inmunitarias.1,2
Cuando estas tres vitaminas están presentes en niveles adecuados y actúan coordinadamente, optimizan diferentes aspectos de nuestra función inmune, desde la integridad de las mucosas hasta la correcta activación y regulación de las células defensoras.1,2
Fortalece tus defensas con el poder combinado de las vitaminas A, C y D
Hemos recorrido el fascinante mundo de las vitaminas A, C y D, descubriendo cómo cada una aporta su granito de arena para mantener nuestro sistema inmunológico fuerte y alerta. La ciencia nos muestra que micronutrientes como las vitaminas C y D, junto con minerales como el zinc, tienen una base sólida de evidencia apoyando su rol en nuestras defensas.1
Aunque la investigación sigue explorando todos sus potenciales, especialmente el uso de formas activas de vitaminas A y D en el ámbito clínico, una cosa es clara: estas vitaminas son grandes aliadas de nuestra salud.3
Cuidar de nuestro sistema inmunitario a través de una alimentación balanceada, que nos asegure un aporte adecuado y la acción conjunta de estas vitaminas, es un pilar fundamental2 para disfrutar la vida plenamente, con salud y alegría.
Si quieres profundizar aún más en cómo una nutrición adecuada es clave y qué sucede cuando nos falta alguna de estas vitaminas, te invitamos a leer nuestro artículo sobre la deficiencia de vitamina A. Y recuerda, si tienes dudas sobre tu ingesta de vitaminas o cómo optimizar tu estado nutricional, no dudes en consultar a un profesional de la salud.
Sobre el autor
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